Un verano difícil para poder reflexionar, con tiempo del que suelo carecer, sobre lo que ocurre a mi alrededor.
Un año de cambio. El año de la crisis o el año en que empezó la crisis, todavía no sé cómo nos referiremos a él.
Un momento distinto. Tras la bonanza llega la incertidumbre. Y con el miedo llega la austeridad. Haya razones o no.
Volver a empezar. Buscar un camino por donde avanzar. No se trata de tropezar y volver a levantarse. No es falta de equilibrio lo que nos hace caer ahora, sino las múltiples piedras del camino que hay que esquivar. Las dificultades no están en nuestras manos. Las soluciones quizás tampoco. Pero hay que intentar llegar y la voluntad está dispuesta a luchar.
Regreso de vacaciones. Los mil propósitos de otros años en esta ocasión se resumen en uno: A por todas.
¿Conoces la diferencia entre un optimista y un pesimista? El pesimista dice “Oh cielos, las cosas no pueden empeorar más”. Y el optimista dice:”No estés triste. Las cosas siempre pueden empeorar”. Extracto de El Violonchelista de Sarajevo. Steve Galloway.
No hay comentarios:
Publicar un comentario